domingo, agosto 22, 2010

Desperdicios


Ha pasado un mes desde la última entrada y mis vacaciones aún continúan.

La semana pasada fui a Málaga junto a mi novio para pasar unos días allá. Estuvimos en Málaga desde el jueves 12 hasta el jueves 19, fuimos en coche desde Orense lo que implica unas largas doce horas en ese maldito coche. Salimos desde Carballiño a las ocho de la mañana del jueves, el primer percance lo tuvimos a la hora de salir cuando uno de los coches tenía una de las ruedas pinchadas y tuvimos que esperar a que abriesen los talleres. Estuvimos un par de horas bien hasta que llegó el momento propicio en el que me puse mala en el coche y el viaje transcurrió con calor -como es obvio en pleno agosto y en zonas céntricas y andaluzas-, mareos, algún que otro vómito, olor a estiércol y paradas, numerosas paradas.
Esa rueda pinchada no fue el único percance, obviamente mi malestar general tampoco, cuando faltaba una hora y media para llegar, es decir, cuando estábamos en un punto intermedio entre Huelva y Jaén el segundo coche nos dejó tirados obligandonos a esperar a la grúa y retrasando la llegada un par de horas, acabamos llegando a las tres de la mañana después de salir a las ocho. Sigo, la grúa se llevó finalmente al coche y lo tuvieron que llevar de vuelta a Vigo por lo que los acompañantes del segundo coche tuvieron que alquilar otro vehículo y, bueno, pagar una multa un día cualquiera por estar mal aparcado.

Esa semana en Málaga estuvo llena de percances y desperdicios. Desperdicios de comida por esos estúpidos menús compuesto por el pack primer plato-segundo plato-postre-bebida-pan; desperdicios de tiempo por esa manía de mi familia de visitar todo lo posible y también lo menos interesante como, por ejemplo, el Selwo marino-Selwo Aventura-Telesférico Nocturno ¿por qué? A mi madre el encantan los packs.

En este viaje lo que más se desperdicio fue mi paciencia, tanta desperdicié que me queda poca para este tiempo que aún me queda en Carballiño.

Cada día al amanecer me pregunto:

¿Qué pasará al volver?


Sin más que decir, me despido.

Adiós,
Nuria.