jueves, junio 16, 2011

Agridulce.

Hoy ya quedó todo dicho. Estoy decepcionada hasta puntos inimaginables y no sé en qué dirección mirar, realmente no quiero mirar en ninguna.
Ni historia de los 1110 sueños, ni infinito, ni pollas. Y lo peor de este mundo, es que no sé tomármelo de otro modo y no sé no buscarle el punto positivo a toda esta basura.

Tarde o temprano se tienen que dejar los sueños atrás y comenzar a vivir la realidad. Dejarse de casas en el aire, de nombres a personas que no existen y de sentimientos no mutuos. Siempre hay alguien en ese tú y yo que quiere más y finalmente acaba llorando preguntándose el por qué.

Sí, si me centro en el lado bueno, diré que ya salió esa espinita que tenía desde hace un tiempo clavada, aunque haya sido sustituída por otra.

Ojalá nunca hubiese comenzado el 2011... No sé como todo cambia tan rápido...

martes, junio 14, 2011

Mañana.


Estos últimos días se sucedieron de una forma similar, sin preocupaciones importantes. Todo se complica al regresar a casa, cuando me encuentro sola y miro instintivamente el calendario.
Mañana, miércoles, hará dos semanas desde aquella última noche. Dos semanas desde la última preocupación por mi. Sé que debería buscarte y encontrarte una vez más, pero siendo realista esta no fue la primera vez y tampoco será la última. De nada sirve buscarte y engañarme diciendo que piensas en mi cuando sólo respondes a un mensaje en la pantalla.

¿Cuánto tiempo has tenido para dar una sóla señal? ¿cuántas oportunidades para una mediocre sorpresa?

No quiero buscarte, ¿para qué?, lo resumirás todo en un se me olvidó. Yo, yo fui olvidada, y lo demás sigue intacto. Además, no quiero buscarte para encontrarme de frente con la realidad, con la afirmación de que el tú y yo se ha vuelto a esfumar y sólo queda un tú, yo. 

Supongo que como ser humano que soy nunca me acostumbraré a ver como las cosas fracasan. Pero con todo se aprende y esto me enseña a no construir sobre pilares inexistentes, o eso  creo, alguna moraleja tendrá que tener...


Sin nada más que decir,
Nuria.

sábado, junio 11, 2011

Esperas.


Estoy en la madrugada del primer domingo de vacaciones legales. No hará más de media hora que empecé un dibujo y me dije un "Este verano leeré y dibujaré hasta reventar." y bueno, el primer domingo es un buen día para empezar a cumplir mi tan ambiciosa expectativa.
Todo iba bien, dibujé una mujer en primer plano, con camisa de cuadros y gafas redondas. La mujer está situada en la mitad derecha del papel tamaño A3 y ahora me doy cuenta de que no sé qué pintar en la otra mitad.

Alguien me dijo no hace mucho que era joven y que tendría muchos momentos en los que el corazón te da un vuelco. Este ha sido uno de esos momentos, junto a ese que viví el jueves ante el examen de Dibujo artístico al ver que tenía que hacer una interpretación del cuadro de El beso. 
No sé qué dibujar en el lado izquierdo porque no sé que tengo a mi lado. Estoy sola y a la vez no. Hay apoyos y amor pero yo me siento vacía, perdida y fría.
Si soy sincera diré que no sé quién espera por mi y por quién espero yo. No sé si alguien sigue pensando en mi como hace un tiempo o sólo soy ya una molestia, pero para qué negar que no quiero saberlo. No quiero preguntar si ya todo se acabó, si todo fue un fracaso y si volvemos a ponernos cara a cara con un Aladdin que te dice: ¿Confías en mi? sólo para desaparecer instantes después.

Quiero saber qué soy y desde cuando dejé de ser lo que era, pero no quiero que pronuncien lo que sé que dirán. Si sólo pudiese callar el mundo, si pudiese construir algo nuevo sólo para mi.

Duele tanto ver como la frase que soñabas escuchar desde tu mas tierna infancia va descomponiéndose lentamente en el tiempo. Y como las promesas se van destruyendo poco a poco...
Aunque aun duele más recordar la interpretación que hice de aquel cuadro: borrando el amor, la ternura, el cariño, la protección..., es decir, borrando todo lo que ese cuadro simboliza para mi, borrando todo lo que soñaba con llegar a tener en un eterno para siempre; y resumiéndolo en la soledad y en la espera.



Sólo quiero saber qué dibujar en el lado izquierdo del papel.

Cansada,
Nuria.

jueves, junio 09, 2011

¡Hola verano!

 
Hoy murió, para mi, el boss final: Dr. Selectividad. Sí, todo el año con ese nombre detrás de la oreja y ya se fue, se fue y no volverá posiblemente, muy posiblemente. Es extraño, siempre pensé que sería lo mejor; estrés, terror, angustia, llantos,... Pero nada. Bueno, un ligero gusanillo. 
Pero aun así estoy feliz de que se fuese, ahora puedo decir que soy mayor e ir pavoneándome de que estuve allí, en el Selectivo. Realmente, me encantaría estar repitiéndolo ahora mismo, unas mil veces mas o menos... Pero ¿a quién repetírselo?

Estoy sola. No sólo en sentimiento, también fisicamente. Todos lo celebrarán en un adiós estudios, hola verano y bueno, hoy me apetece ser como el resto... Pero estoy sola, como ya dije antes. A decir verdad, si nos ponemos a recapitular sobre los momentos importantes para mi, siempre estuve sola, nunca hubo una celebración, unas flores, unas lágrimas ni un se lo dedico a mamá, papá y a mi gato. 
Sí, en todos esos momentos en los que me hacia ilusión encontrarme estuve sola y simplemente pude decir un "Pensé que era de otro modo". El tema no es que no sea como imaginé, es que no hay nadie y sin gente algunas cosas se mueren.

Se me hace extraño, tantos "te quiero", "yo aquí para todo", "¡eres una gran amiga, tonta!", .... y al final qué: sola. Pero vayamos un poco más allá: MOTIVOS. 

Buscando motivos de por qué estoy sola, de por qué si hace un rato me dijeron lo fantástica que era ahora estoy sola. Es sencillo: mentiras. La gente miente, se confunde, se engaña y así sucesivamente, en un círculo vicioso del que siempre soy complice. Realmente no echo las culpas a nadie, ni siquiera a mi, sólo están flotando en el aire, llenando de tensión una habitación sin puerta y sin nadie que sienta este silencio incomodo, que en este momento comparto conmigo misma. Patético.

Lo peor de todo este asunto es que antes de estar sola ya suponía que iba a estar sola. Sí, en el justo momento en el que salí de la facultad sentí esa risita maligna de tu futuro inmediato que me decía un "Hay mejores cosas que hacer". Tampoco le puedo echar las culpas al futuro inmediato, él es malo pero tiene razón: siempre hay mejores cosas que hacer. Por ejemplo, siempre hay mejores cosas que hacer antes de ponerme a pensar en que estoy sola, el único problema es que yo ya acabé las cosas que había por hacer.

Bueno, vamos a poner una sonrisa y a decir un "¡Bienvenido seas verano!" que es lo que todas esas personas que me tienen aprecio quieren oir.

De todas formas, lo que uno quiera decir siempre está en segundo plano.


¡Bienvenido seas verano!


Diciéndole adiós a Selectividad
Nuria. 

domingo, junio 05, 2011

Mentiras.


Tras pasar la noche sin dormir recordando los tan añorados viejos tiempos, me di cuenta de que en tres años la gente no cambia, no madura, ni nada de eso. Realmente sigo siendo la misma persona egoísta que era hace años y de esto no tengo ninguna duda, el problema llega cuando me doy cuenta de que cometo los mismos errores una y otra vez desde que tengo memoria.
Quizás por eso me acorde de ti otra vez, siempre que estoy sola tengo la manía de acordarme de ti y de inventarme un estúpido consejo que tú podrías decir. Recordé que una tarde me dijiste que si tanto odiaba a las personas debía dejar de confiar en ellas tontamente e ir a mi bola. Y, por mucho que me duela, tenías razón, de qué sirve tener fe en algo que ya veo como corrupto.
Pero, sinceramente, no creo que la culpa sea  mia. Soy estúpida y siempre caigo en lo mismo, eso lo sé, pero caigo porque la gente se empeña en decir cosas que no siente, en fingir ser quien no es, en engañar.

Mi moral está en un punto inexistente, pero ultimamente creo que tengo más amor propio que cualquier otra persona porque yo no oculto lo que soy, me siento orgullosa de los errores que cometo y de las palabras que trato de decir.

Me  voy a prometer no volver a caer en todo esto otra vez, o por lo menos, intentar no hacerlo.

Decepcionada,
Nuria.

sábado, junio 04, 2011

Dudas.

 La felicidad es efímera; la certidumbre, engañosa. Sólo vacilar es duradero.
Chopin.                    

Ultimamente estuve pensando un poco y llegué a una pequeña conclusión algo dudosa: pienso que, quizás, las dudas sean parte de nosotros mismos, de nuestro ser, al igual que nuestros miedos y nuestros sueños. No os confundáis, no digo que nos hagan crecer como personas, madurar y toda esa palabrería barata. No, nada de eso.
Creo que las dudas son la base de nuestro ser, la base más decrépita y vergonzosa de nuestro ser. Y tras las dudas, los miedos, los sueños, los deseos, todas esas cosas abstractas, etéreas y banales. Esas cosas que no podemos ver ni tocar pero que nos elevan en nuestra esencia o nos hunden en la miseria.

Estúpidas dudas, pero sobre todo, estúpidos miedos. Así pues, estúpida estúpida estúpida yo, por encima de todos mis estúpidos sentimientos y errores.

Necesito que me salven de mi misma, de lo que pueda hacer y de lo que pueda causar.

Confusa y frustrada,
Nuria.

jueves, junio 02, 2011

Caos.


Nunca el orden fue una de mis cualidades destacables, más bien todo lo contrario. Generalmente vivo en un continuo desorden. A pesar de intentar que todo se mantenga en su sitio pierdo hasta el objeto más grande y llamativo que se pueda imaginar. Y, por humillante que sea, debo admitir que este continuo caos y desorden no sólo está en mi punto de residencia física, sino que también reina en mi cabeza.

Siempre defiendo que mi mente es un lugar inhóspito, frío y tétrico. Realmente, lo es. Si pudiese definir mi mente de algún modo diré que es ordenada, claro que sí, todo ocupa su justo lugar en una jerárquica organización pero dentro de ese lugar todo está sumido en el caos. Es decir, cada sentimiento o emoción está perfectamente analizada, comprobada y explicada, nada de confusión ni duda. Pero dentro de la categoría de esa propia emoción las consecuencias y causas están desordenadas, o simplemente, destruídas.

Es algo que me pregunto numerosas veces: por qué si sé perfectamente en qué consiste el miedo, por ejemplo, soy incapaz de llegar a diferenciar que es el objeto que causa mi miedo de lo que el miedo me causa a mi.
Siendo sincera conmigo misma, sé que todo acaba siempre sumido en el caos porque sólo sé mentirme y no me atrevo a apostar por miedo a fallar.


Bueno, supongo que ahora deberé dejar todas esas cosas en las que desearía no pensar de lado y centrarme en la literatura y, así hacer algo en el Selectivo.

Cansada,
Nuria.