sábado, julio 24, 2010

W, A, S, D.


En días como los que estoy teniendo ultimamente son en los que me pregunto la tan frecuente pregunta de:

¿Por qué salgo de la cama?

Esos días son los que suelen transcurrir entre peleas, llantos e instintos homicidas.

Sí, mis idílicas vacaciones continúan, pensé que acabarían hace un tiempo pero aún siguen y parece que quieren seguir alargándose por un tiempo aunque mi presencia en Málaga cada vez sea más y más necesaria. Sinceramente, que le jodan a Málaga, perdonadme por la expresión pero no existe ninguna mejor para describir lo que siento.
Aunque sean idílicas siempre parecen surgir problemas, será por mi naturaleza inconformista.

Ultimamente las peleas se centran en Internet.
Es extraño, muy extraño, ya que la que comienza las peleas siempre suelo ser yo cuando yo misma soy la que más adora Internet. ¿Dónde sucede mi vida si no es en Internet? Quizás por eso odio ver a la gente con ordenadores por estas fechas...

En el supuesto de que este verano también sucediese en Málaga no habría sido ni la mitad de movido que este. Los días se transcurrirían entre Internet, televisión, cama. El exterior no estaría en un segundo, ni un tercero, ni siquiera un vigésimo escalón, el exterior sería un continuo borrón.

No me gusta ver a las personas perdiendo sus días, sus horas, sus meses de sol y diversión en Internet porque prefiero que los pierdan conmigo...

Supongo que es imposible competir con las tan famosas W, A, S, D.

Con demasiadas cosas que decir pero pocas ganas de escribir me despido.
Adiós,
Nuria.

lunes, julio 12, 2010

Los pies en el suelo


En días como el de hoy es cuando comienzo a dudar si mis pies están realmente en el suelo.

Las vacaciones siguen su rumbo de nada que hacer mezclado con demasiadas obligaciones. Hubo algunos percances como el:

-¿Cuándo hay que entregar la matrícula?
-Hoy...
-Bueno... Sólo estoy a mil kilómetros de distancia...

Pero nada grave, septiembre siempre estará presente en nuestros corazones... Aunque, a decir verdad, me encantaría no tener plaza y así poder decir ya no hay motivos para volver.

No, no quiero volver, me arriesgaré a decir que es lo que más temo hoy por hoy. No sé bien qué sucederá al regresar, si volverán las peleas absurdas, si la gente estará más tranquila, si... bueno, no sé qué pasará, dejémoslo ahí.

Dejando atrás el tema de Ida sin vuelta, me siento algo vacía.
No estoy triste y tampoco ausente, sólo espero ansiosa a que le den una patada a la puerta y me digan "Casémonos y marchémonos más lejos de lo que soñaste nunca.". No hay que ser muy inteligente para darse cuenta de que eso nunca pasará, la gente no suele romper puertas y tampoco tener suficiente dinero para viajar tan lejos en estos tiempos que pasan. Aun así, es un sueño más.

Supongo que por eso mis pies no son capaces de asegurarme de que están pegados al suelo, siento como si hubiese un par de centímetros entre ellos y el suelo, siento que ninguna parte de mi cuerpo toca realmente la realidad.

Creo que me gusta esto de tener un blog. No lo actualizo a diario y eso hace que la gente se olvide de esto y cuando lo leen ya todo cambió.

Me gusta demasiado la idea de pensar que en la próxima entrada todo habrá cambiado.

Todo siempre cambia.

Sin nada más que decir por hoy, me despido.

Adiós,
Nuria.

lunes, julio 05, 2010

Vacaciones




Hace ya unas tres semanas que empezaron mis tan deseadas vacaciones.
Los veranos pasados se pasaron rápidos y sin ninguna anécdota especial que contar -aunque una relación de dos años se perdiese entre ellos, no hay ninguna especial que contar-. Normalmente mis veranos siempre fueron amar por encima de todas las cosas a mi ordenador, pero este año me encuentro a mil kilómetros de distancia de mi casa, de mis perros y de mi gato. Sí, un momento traumático.

Estoy en Galicia, para ser más específicos Orense, y para ser aún más específicos en un pueblo llamado Carballiño. Y bueno... no sé bien que puedo decir, estoy en una casa mejor que la mía, con gente mejor que la que conozco en Málaga -salvando un par de personas- y con pulpo a la gallega, que eso siempre ayuda a ver las cosas mucho más claras.

Volviendo al tema de cómo transcurren mis veranos. Este verano, o lo que llevamos de él, lo paso entre largas siestas, comidas deliciosas y buena compañía. No puedo pedir absolutamente nada más.

El hecho de no poder pedir nada más es algo que me pone realmente nerviosa debido a que no paro de pensar que un factor imprevisto aparecerá y lo joderá todo reduciéndolo a cenizas de cenizas de pelos de cabra, por ejemplo... Aunque creo que sé que el factor imprevisto consiste en algo más que previsto, la vuelta.

Los regresos de las vacaciones siempre son traumáticos y/o dolorosos. Cuando tus vacaciones transcurren como cualquier día laboral, teniendo que soportar a una niña de cinco años y sus gritos y alguna bronca con tu pareja, son más traumáticos. Aquí viene la explicación:
Cuando estás en un hotel, con piscina y servicio de habitaciones que te da todo lo que necesitas sientes que realmente estás de vacaciones, que mañana no hay trabajo y que tú eres el rey. Por el contrario, cuando intentas descubrir un medio para volverte sorda y no escuchar los gritos de una cría, cuando tienes que limpiar la habitación y escuchar broncas de convivencia sientes que estás en tu vida normal, en tu día a día, olvidándote de que hay algo más allá de esto... Resumiendo, el día de regreso te encuentras con que tu mundo perfecto lleno de obligaciones se va a destrozar porque debes volver a tu mundo real, que lleva ya bastantes años destrozados.

No es por quejarme -o quizás sí-, a decir verdad, tengo más que aceptado que en Málaga no hay posibilidades, que crearé mil y una vez un imperio que acabará consumido por las llamas. No voy a intentar cambiar nada, acepto lo que sucedió y sólo dejo pasar el tiempo.

Algún día empezaré de cero en algún lugar en el que nadie sepa mi nombre.

Sin nada más que decir, me despido.

Xoxo!
Nuria.

jueves, julio 01, 2010

Goodbye



Quiero empezar la primera entrada despidiéndome de todos y cada uno de mis posibles o inexistentes lectores. El motivo de mi despedida es poder dar una excusa si dejo de lado todo lo referente a este blog y mi vida social en Internet -que por ahora es la mayor parte de mi vida-.
Debo reconocer que ya han pasado varios años desde que me aventuré a decir que prefería hablar por messenger a hacerlo en directo, cara a cara. No me gusta interactuar mucho con las demás personas -no penséis que es algo nuevo en mi, nunca me gustó demasiado- porque suelen reaccionar de manera inesperada ante los estímulos, hablando de manera virtual lo peor que te puede pasar es que te robe la contraseña o te deje sin admisión.
Mucha gente me tachó de antisocial y excéntrica, nunca lo intenté negar, a decir verdad, siempre lo corroboré.
No sé de dónde viene mi torpeza a la hora de hablar con los demás pero siempre estuvo ahí desde que tengo uso de razón. ¡Ah! No es necesario que penséis que me autodenomino antisocial porque este de moda -o por lo menos eso parezca-. Creo que una persona que dice no tener amigos y critica continuamente el comportamiento de las personas no debería salir cada sábado noche, emborracharse y/o drogarse. No os confundáis, me refiero a que las personas que dicen estar solas y odiar al género humano y todas esas sandeces no debería tener una vida social tan activa, que la tengan, pues genial, no deseo que nadie tenga que joderse y hacerse la tan cuestionada pregunta de:

"¿Qué coño hago yo aquí?"

Volviendo al tema principal, decidí crear un blog para tener una actividad obligatoria durante este verano del 2010, ya tengo un fotolog -sí, me gusta fotolog- pero me hacia verdadera ilusión tener un blog -¡Me creo capaz de ganar dinero y hacerme famosa! :) -.

Sin más demora me despido, pasaré a menudo por aquí.

Adiós,
Nuria.